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Me cago en la puta madre
Me cago en la puta madre
porque nunca nací. No tuve infancia, ni muchas otras cosas que por
derecho debiera haber tenido y por todo eso, me cago en la puta
madre. Y digo más, me cago en la bandera. En la bandera que quieran
y en donde quieran. Y al que no le guste que se muera bien muerto.
Que lo agarre un tranvía y lo desparrame por alguna avenida en hora
de almuerzo, para que todos esos idiotas que como yo, trabajan de
nueve a dieciocho, lo vean y se escarmienten.
Es importante aclarar
algo al principio: no espere explicaciones. ¿Cómo que no nació? ¿A
que se refiere? ¿Es una metáfora? Por favor no joda. Ni yo la
entiendo. Sólo se que este que soy yo en realidad no soy. Y no
quiero caer en pedorradas de mierda de hablar de psicoanálisis, de
salir del closet o cualquiera de esas boludeces modernas de que todo
el mundo va a terapia y se conoce a sí mismo y se frota las tetas.
Horas y horas hablando y nadie nunca te tira la posta porque en
realidad, estamos todos en bolas. Pero lo único cierto es que yo no
soy yo. Nada más insoportable que una certeza que niega. Aborrecible
es saber que nunca voy a saber quien soy. ¿Como podría, si nunca
nací? Podría decirse entonces que soy infinitamente joven, o viejo
y en definitiva, importa un carajo.
Yo no soy el boludo que
miraba con lujuria el transformer importado del compañero de la
primaria que tenía un papá narco; yo no soy el boludo que quería
las zapatillas de onda; yo no soy el boludo que sin saber un carajo
de nada, decidió (?) seguir un carrera y desde entonces se metió en
un túnel que lo llevó a un trabajo que lo empantana cada vez más
en un mundo falso plagado de mediocres y tristes. Y la razón por la
que yo no soy ese boludo es porque no puedo ser tan boludo. Si lo
aceptara tendría que tirarme por el balcón.
Y como no podría ser de
otra manera en un texto tan mierda como este, los padres no se
salvan. Pero tampoco quiero caer en el lugar común del idiota que
hace berrinches y dice: “mis papis no me bancaron cuando quise ser
un pop star”. A ese estúpido le pido educadamente que se vaya a
lavar las tetas. Digo que los padres son los culpables pero por otro
lado, los entiendo porque en definitiva, son tan boludos como Ud. o
como yo. El tema es que los padres de sus padres eran también unos
boludos. La humanidad es una sucesión de boludos, uno detrás de
otro. Y al parecer no paran de coger y eso trae el crecimiento
exponencial de una cantidad inusitada de boludos como Ud. y como yo
que pueblan este mundo de mierda. Y nadie sabe qué carajo tiene que
hacer y en vez de relajarse y parar la pelota, todo el mundo sigue
con esta locura que por más que me esfuerce, no le encuentro un
sentido. Pero volviendo al tema de los padres, y de que no se iban a
salvar, lo único que voy a decir es que mis padres son dos
pelotudos. Y remarco cuando digo que mi madre es una pelotuda. Pero
no más que yo o Ud. Quizás un poquito más que yo, pero que Ud. no
se. Habrá que analizar caso a caso.
Para resumir este texto y
ponerle un fin, digo que los padres nos hacen los boludos que somos
porque sus padres los hicieron boludos y así retrocedemos hasta el
pelotudo de Adán que no era más que un pollerudo de mierda. Y al
final de todo, no somos quienes somos y somos tan estúpidos que
sufrimos por gente que no es pero que cree que es. ¿Que se puede
hacer al respecto? Escribir, cantar, gritar, hacer música o
cualquier otra cosa que disfrutemos y que por un instante nos haga
felices y nos haga olvidar que en realidad somos unos boludos de
mierda. Y durante el otro 99% del tiempo, cuando estemos encarnando a
ese boludo que queremos tanto, podemos con todo orgullo decir que me
cago en la puta madre.