Artículo publicado en Revista Cabeza de Gato Nº4

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Me cago en la puta madre

Me cago en la puta madre porque nunca nací. No tuve infancia, ni muchas otras cosas que por derecho debiera haber tenido y por todo eso, me cago en la puta madre. Y digo más, me cago en la bandera. En la bandera que quieran y en donde quieran. Y al que no le guste que se muera bien muerto. Que lo agarre un tranvía y lo desparrame por alguna avenida en hora de almuerzo, para que todos esos idiotas que como yo, trabajan de nueve a dieciocho, lo vean y se escarmienten.

Es importante aclarar algo al principio: no espere explicaciones. ¿Cómo que no nació? ¿A que se refiere? ¿Es una metáfora? Por favor no joda. Ni yo la entiendo. Sólo se que este que soy yo en realidad no soy. Y no quiero caer en pedorradas de mierda de hablar de psicoanálisis, de salir del closet o cualquiera de esas boludeces modernas de que todo el mundo va a terapia y se conoce a sí mismo y se frota las tetas. Horas y horas hablando y nadie nunca te tira la posta porque en realidad, estamos todos en bolas. Pero lo único cierto es que yo no soy yo. Nada más insoportable que una certeza que niega. Aborrecible es saber que nunca voy a saber quien soy. ¿Como podría, si nunca nací? Podría decirse entonces que soy infinitamente joven, o viejo y en definitiva, importa un carajo.

Yo no soy el boludo que miraba con lujuria el transformer importado del compañero de la primaria que tenía un papá narco; yo no soy el boludo que quería las zapatillas de onda; yo no soy el boludo que sin saber un carajo de nada, decidió (?) seguir un carrera y desde entonces se metió en un túnel que lo llevó a un trabajo que lo empantana cada vez más en un mundo falso plagado de mediocres y tristes. Y la razón por la que yo no soy ese boludo es porque no puedo ser tan boludo. Si lo aceptara tendría que tirarme por el balcón.

Y como no podría ser de otra manera en un texto tan mierda como este, los padres no se salvan. Pero tampoco quiero caer en el lugar común del idiota que hace berrinches y dice: “mis papis no me bancaron cuando quise ser un pop star”. A ese estúpido le pido educadamente que se vaya a lavar las tetas. Digo que los padres son los culpables pero por otro lado, los entiendo porque en definitiva, son tan boludos como Ud. o como yo. El tema es que los padres de sus padres eran también unos boludos. La humanidad es una sucesión de boludos, uno detrás de otro. Y al parecer no paran de coger y eso trae el crecimiento exponencial de una cantidad inusitada de boludos como Ud. y como yo que pueblan este mundo de mierda. Y nadie sabe qué carajo tiene que hacer y en vez de relajarse y parar la pelota, todo el mundo sigue con esta locura que por más que me esfuerce, no le encuentro un sentido. Pero volviendo al tema de los padres, y de que no se iban a salvar, lo único que voy a decir es que mis padres son dos pelotudos. Y remarco cuando digo que mi madre es una pelotuda. Pero no más que yo o Ud. Quizás un poquito más que yo, pero que Ud. no se. Habrá que analizar caso a caso.

Para resumir este texto y ponerle un fin, digo que los padres nos hacen los boludos que somos porque sus padres los hicieron boludos y así retrocedemos hasta el pelotudo de Adán que no era más que un pollerudo de mierda. Y al final de todo, no somos quienes somos y somos tan estúpidos que sufrimos por gente que no es pero que cree que es. ¿Que se puede hacer al respecto? Escribir, cantar, gritar, hacer música o cualquier otra cosa que disfrutemos y que por un instante nos haga felices y nos haga olvidar que en realidad somos unos boludos de mierda. Y durante el otro 99% del tiempo, cuando estemos encarnando a ese boludo que queremos tanto, podemos con todo orgullo decir que me cago en la puta madre.