Aburrido de tener los pies en la arena, Pepe sopló y sopló. Tanto que levantó una montaña de agua. La luz brilló sobre ella y Pepé soñó. La montaña se hizo grande. Muy grande. Y pepé soñó. Luego la Montaña cayó sobre él y con los pies enterrados en la arena, Pepe se ahogó.
Pepe era un esquizo de aquellos.
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