Desde que recibí la noticia de que se vendrían tres días de oscuridad en la tierra, comencé a prepararme. No estaba seguro de que fuera a ocurrir pero, había sido puesto en aviso y hacer oídos sordos a algo tan trascendente me pareció tonto. También, reconozco que sí se confirmara lo vaticinado y yo no hubiere hecho nada, posiblemente me sentiría un pelotudo.
Me cuesta creer el fin del mundo. No conozco procesos en la naturaleza que no sean paulatinos. No concibo que de pronto a una hora dada, la tierra de pronto se sacuda y cambie su fisonomía, dejando en el proceso a miles de millones de personas muertas. No es algo de todos los días. Las cosas en la naturaleza son paulatinas.
Para el que ha leído poco y nada sobre las posibles causas del apocalipsis programado para este viernes 21, la que a mi más me conmovió fue la de la posible inversión de los polos magnéticos. Todo está regido por el magnetismo en la tierra y entiendo que si de pronto, el sur fuera el norte, y el norte fuera el sur, es probable que se arme un lindo quilombo. Pero, las cosas son paulatinas en la naturaleza. Seguramente se invierta, pero en cuantos miles de años. ¿Y porque habría de invertirse?.
Bueno, la explicación de este fenómeno radica en el hecho de que la tierra estaría pasando por el centro de la galaxia el próximo 21 de Diciembre; y esto pasa cada 25 mil años (mucho más que cada muerte de obispo). Nadie que conozcamos vivía hace 25 mil años por lo que no tenemos ni la menor idea de lo que pueda llegar a pasar. Pero de todas formas, las cosas son paulatinas en la naturaleza. No se van a invertir los polos magenéticos así como así, simplemente por pasar de un lado al otro de la galaxia. Seguramente este sea un proceso que dure miles de años y no tengamos que preocuparnos.
Pero, luego recordé una visita que hice a la ciudad de Quito en Ecuador. Durante mi estadía, fui curiosamente a la mitad del mundo a comprobar como el agua gira en distintos sentidos a un lado y al otro del ecuador. Lo que más me impresionó fue ver como el agua caía recta y sin girar, como una piedra, cuando se colocaba la bacha en la línea del ecuador. Hasta aquí, había sido una experiencia novedosa, pero simplemente había confirmado algo que para mí ya era sabido. Lo que llamó poderosamente mi atención fue el desorden de las fuerzas que se genera cuando uno se para sobre la línea. Estamos hablando de centímetros de diferencia entre una posición y otra y los cambios son bruscos e irracionales. Me instruyeron a pegar la yema del índice con el pulgar de la misma mano y hacer fuerza para que no pudieran separarlos. A ambos lados de la línea, al sur y al norte, uno hace fuerza y quien quiera separar los dedos deberá hacer fuerza para lograrlo. Al pararse sobre la línea, lo que es llamativo es que uno se da cuenta de que no tiene fuerza. Ni siquiera para apretar una yema contra la otra y quien intente separar los dedos, lo hará sin resistencia alguna. Me pareció increíble e inexplicable (aunque seguramente haya una explicación).
Lo que viene al caso de esta anécdota, es que este es un proceso de la naturaleza que no es paulatino, es brusco y de límite bien preciso. Es un interruptor: on / off. Y los cambios se producen a una distancia de centímetros. Entonces, si al cruzar la línea del ecuador, tanto el agua como nuestro cuerpo se afecta significativamente, pregunto: ¿si el planeta cruza la mitad de la galaxia, cabrá la posibilidad de que se afecte de un modo no paulatino y fuera de nuestra estadísitica y nuestra lógica?
Existe un principio hermético que dice: "como es arriba, es abajo". Que es una forma de decir que las leyes de la creación que rigen el universo actúan de la misma forma de lo micro a lo macro (y viceversa). Es decir que, si así funcionamos nosotros en relación a la tierra, la tierra funcionará bajo los mismos principios en relación a la galaxia. Este razonamiento me hizo pensar que podría darse algo no paulatino en la naturaleza, y si esto significara que este viernes se invertirán los polos magnéticos en la tierra, entonces estoy pensando en conseguirme un buen par de pañales.
El mensaje navideño del Maestro Orlok
Todos vamos a morir. Se sentirá un crujido muy fuerte. Todo empezará a temblar. Estallarán los vidrios, se romperán las copas. Quien quiera andar se arrastrará como serpiente. Todos se arrastrarán como serpientes buscando compañía. Pero irremediablemente, cada uno se enfrentará sólo a demonios, arañas y serpientes. Nos impedirán avanzar.
"Yo no soy mis brazos, los dejo. Yo no soy mis piernas, las dejo para que se las coman. Lo dejo todo, menos la luz de mi pecho. Yo soy esa luz, me escapo a través de los tejidos. Me libero. Dejo todo atrás.
La luz no tiene miedo. Me percato de ello y me siento feliz. Siempre tuve miedo. No hay que tener miedo. Infinitos demonios desaparecen, ya no existen. Me siento relajado y feliz. Es una sensación de presente, lo abarco todo. Estoy en paz. Me rodean luces y colores. Canturreo, no puedo evitarlo. Estoy muy relajado, fluyo entre luces. No debo dormirme, pienso. Me estoy perdiendo. Debo dejar de cantar, me estoy perdiendo. Siento que llaman mi nombre. Estoy en una habitación, todo está muy oscuro. Iluminan con velas, comen de latas. Son mis padres. Están enojados conmigo, no me hablan. Me enfurezco, les grito pero las palabras no salen por mi boca. No funciona mi garganta. La puerta comienza a temblar, se sacude. Se parte al medio, explota en pedazos. Infinitos demonios entran. Se mueven a gran velocidad, me sujetan. Me afirman contra el suelo. No puedo mover mis brazos y piernas. Comienzan a devorarme. Se me retuercen las tripas. Grito, pero no sale el sonido. Los demonios me arrancan la carne, se comen mis visceras. No puedo hacer nada, mis fuerzas se agotan. Me rindo".
"Yo no soy mis brazos, los dejo. Yo no soy mis piernas, las dejo para que se las coman. Lo dejo todo, menos la luz de mi pecho. Yo soy esa luz, me escapo a través de los tejidos. Me libero. Dejo todo atrás.
La luz no tiene miedo. Me percato de ello y me siento feliz. Siempre tuve miedo. No hay que tener miedo. Infinitos demonios desaparecen, ya no existen. Me siento relajado y feliz. Es una sensación de presente, lo abarco todo. Estoy en paz. Me rodean luces y colores. Canturreo, no puedo evitarlo. Estoy muy relajado, fluyo entre luces. No debo dormirme, pienso. Me estoy perdiendo. Debo dejar de cantar, me estoy perdiendo. Siento que llaman mi nombre. Estoy en una habitación, todo está muy oscuro. Iluminan con velas, comen de latas. Son mis padres. Están enojados conmigo, no me hablan. Me enfurezco, les grito pero las palabras no salen por mi boca. No funciona mi garganta. La puerta comienza a temblar, se sacude. Se parte al medio, explota en pedazos. Infinitos demonios entran. Se mueven a gran velocidad, me sujetan. Me afirman contra el suelo. No puedo mover mis brazos y piernas. Comienzan a devorarme. Se me retuercen las tripas. Grito, pero no sale el sonido. Los demonios me arrancan la carne, se comen mis visceras. No puedo hacer nada, mis fuerzas se agotan. Me rindo".
Erios
Camino por una escaleras blancas. Todo es recto. Aristas. No es mármol, es cemento. Cemento perfecto, sin grietas ni porosidades. Estoy a la intemperie pero no miro al cielo. La luz es pareja, quizás sea un día nublado. Me advierten que no corra, eso no le gusta al gato. Me doy vuelta, es tarde. El gato salta sobre mí y se prende de mi espalda. Bajo las escaleras.
Estoy en un aula de algo que parece ser una universidad. A través de la cúpula de vidrio veo un ave de colores muy vivos. Es rojo, es azul, también tiene negro. Sube y baja. Se eleva varios metros, y luego baja. Todo en una recta vertical.
Ahora estoy muy cerca de la cúpula. Veo de cerca al ave. Parecería ser de materiales. Como si fuera plástico. Pareciera ser una armadura, pero es un pájaro. Es muy grande con forma semejante a un halcón. Su superficie es lisa. Muy lisa. Parece ser rígida. De plástico. Pienso que podría ser una armadura. Pero es un pájaro, que sube y baja en una línea vertical. Cuando baja nos separa solamente el vidrio, está muy cerca; a menos de un metro. Por momentos siento temor. Se acerca mucho y es muy grande. Es muy grande, es exótico y es algo totalmente desconocido. Y siempre baja y se acerca. Se acerca mucho.
Ahora estoy en el aula y el instructor me habla. Estoy solo, sentado en un banco. Se acerca y me habla de ciudades bajo la tierra. Se acerca mientras me habla hasta ponerse frente a mí. Siento que se acerca demasiado y que voy a perder el conocimiento. Se pone frente a mi. Pienso que esta es una ciudad subterránea. De pronto el instructor corta la señal, dejo de ver. Una imagen en blanco y negro de un edificio con columnas. Es un flash y estoy de vuelta. Me avergüenzo. Siento que he perdido el conocimiento por una cantidad de tiempo que no puedo precisar. Me avergüenza la pérdida del control. ¿Que van a pensar de mí? ¿Qué habré dicho o hecho? ¿Se habrán dado cuenta que perdí la noción del tiempo? No me puedo relajar. Siento algo bajo mi naríz. Llevo mi mano a la cara y siento una mucosidad espesa y pegajosa. Con vergüenza arrastro la palma de mi mano por mi cara y me limpio. Inspecciono mi mano. Es una mucosidad blanca muy espesa. Y es mucha cantidad. En qué momento salió todo esto de mi nariz; si es que salió de mi nariz. ¿Cuanto tiempo estuve fuera?
Abro los ojos y estoy en una habitación. Es la habitación donde me había acostado hace unas cinco horas. Me siento bien. Respiro hondo. Mis fosas nasales están bien despejadas y mis pulmones se inflan de aire fresco. Me siento bien, aunque no se donde estuve.
Puertou Maderou
And all the people that aren't from here would like to come and stay
And all the people that are from here just want to get away
La Sangre de las Bestias
Autocrítica:
Le Sang des bêtes (en español "La Sangre de las bestias") es un documental corto francés, de 1949, escrito y dirigido por Georges Franju. Fue el primer filme de Franju y está narrado por Georges Hubert y Nicole Ladmiral.
Recomiendo verla aunque ADVIERTO: es MUY impresionante.
Navidad 2004 - Double Feature
1era: Tiempo de Navidad
Una película sobre la dinámica conyugal en navidad
Dirigida por Alessandro Gómez Gómez
2da: The return of the space cowboy
Una película filmada en navidad, pero que nada tiene que ver con la navidad
Dirigida por Alessandro y Rústico Gómez Gómez
En mi caso, alejarse es más que una costumbre. Es un hábito.
No me considero un estúpido o un tonto, a todo el mundo le pasa (en mayor o menor medida). Algunos salen mejor que otros; algunos ni siquiera se dan cuenta.
Bueno, a mi en algún momento me fijaron un límite físico y me deformaron. Como un pie que quiere crecer o como un árbol de maceta chica, yo, como Ud., y como muchos otros, tuve la intención de florecer y desarrollarme de un modo acorde a mi naturaleza. Pero me lo impedí. Influido por mi entorno, por la sociedad y quizás hasta por la genética, me alejé. No tuve la fuerza para sacar lo necesario para romper con todas las barreras que empequeñecen.
Sin embargo, hasta hoy nunca me rendí. Seguí empujando, expandiéndome. Creciendo hasta el punto de estirar el cuero del zapato para hacerlo estallar. Para sacar los dedos fuera y respirar un poco de aire fresco. Mover los dedos libremente y querer mas. Siempre mas. Buscando finalmente un poco de libertad, para poder andar descalzo.
Entiendo el alejarse. Yo lo hice. Me alejé de todas las cosas que naturalmente eran necesarias para mí. Así me enseñaron. Así aprendí. Como los platos que se ponen para agrandar los labios y los lóbulos de las orejas en Africa. Como los pequeños zapatos que empequeñecen los pies en China. Un límite constante para deformar o cambiar un rasgo.
No me considero un estúpido o un tonto, a todo el mundo le pasa (en mayor o menor medida). Algunos salen mejor que otros; algunos ni siquiera se dan cuenta.
Bueno, a mi en algún momento me fijaron un límite físico y me deformaron. Como un pie que quiere crecer o como un árbol de maceta chica, yo, como Ud., y como muchos otros, tuve la intención de florecer y desarrollarme de un modo acorde a mi naturaleza. Pero me lo impedí. Influido por mi entorno, por la sociedad y quizás hasta por la genética, me alejé. No tuve la fuerza para sacar lo necesario para romper con todas las barreras que empequeñecen.
Sin embargo, hasta hoy nunca me rendí. Seguí empujando, expandiéndome. Creciendo hasta el punto de estirar el cuero del zapato para hacerlo estallar. Para sacar los dedos fuera y respirar un poco de aire fresco. Mover los dedos libremente y querer mas. Siempre mas. Buscando finalmente un poco de libertad, para poder andar descalzo.
Plegaria
“El alma de La Papa es la manteca. Una papa sin manteca es una papa muerta. La manteca es de naturaleza activa; la papa, es materia pasiva. La papa sin manteca no es papa al horno, es papa muerta. La manteca bien distribuida hace a una papa al horno. Si se hace mal, es papa muerta. La manteca actúa sobre la papa, sobre toda la papa, y entonces la papa es papa al horno. Es La Papa. Que así sea, siempre. ¡Que así sea!”
Final de un ciclo
Luego soñé que iba a un negocio a hacerme un tatuaje. Detrás del mostrador, atendía un hombre de más de setenta años de pelo corto, bien prolijo. Le pagaba con mi cédula y mi tarjeta de crédito. El aceptaba el pago pero me devolvía la cédula y la tarjeta de crédito juntas y dobladas en cuatro; las estropeaba. Me sorprendí, pero lo acepté.
Soñé que había compartimentos hechos de tierra en la cama. En los mismos yo buscaba cosas. No eran permanentes. Eran varios e iban cambiando de lugar y de tamaño. Eran cuadrados, con paredes de 20 cms de alto. Habían objetos, solo recuerdo una especie de cuerno con forma mas de trompeta que de cuerno. Pero no era una trompeta.
Soñe que al mirar por la ventana de la sala de lo de mis padres, veía una luna muy grande, enorme y amarilla. En el centro y hacia abajo, la luna tenía una mancha negra. Era como un tatuaje, como una máscara. No lo sentí como un buen presagio. Me di vuelta pero ya no estaba en la casa de mis padres. Estaba pero no estaba, son esas cosas de los sueños. Habían boxes y gente trabajando. Pregunté cuando era la próxima luna llena. Uno de ellos me dijo luego de chequear el calendario que la próxima era el 19 de diciembre. Lo tomé como un día importante, el final de un ciclo.
Soñé que había compartimentos hechos de tierra en la cama. En los mismos yo buscaba cosas. No eran permanentes. Eran varios e iban cambiando de lugar y de tamaño. Eran cuadrados, con paredes de 20 cms de alto. Habían objetos, solo recuerdo una especie de cuerno con forma mas de trompeta que de cuerno. Pero no era una trompeta.
Soñe que al mirar por la ventana de la sala de lo de mis padres, veía una luna muy grande, enorme y amarilla. En el centro y hacia abajo, la luna tenía una mancha negra. Era como un tatuaje, como una máscara. No lo sentí como un buen presagio. Me di vuelta pero ya no estaba en la casa de mis padres. Estaba pero no estaba, son esas cosas de los sueños. Habían boxes y gente trabajando. Pregunté cuando era la próxima luna llena. Uno de ellos me dijo luego de chequear el calendario que la próxima era el 19 de diciembre. Lo tomé como un día importante, el final de un ciclo.
Homenaje Vikingo (interpretado por Los Gómez Gómez)
Porque todos llevamos dentro un vikingo
El presente Homenaje Vikingo fue compuesto e interpretado por Alessandro y Freddy Gómez Gómez de Los Gómez Gómez, banda que supo pasar desapercibida por todos allá por 1997 (Los Gómez Gómez según Hermes D).
Porque todos llevamos dentro un vikingo. Y ese vikingo, siempre convencido nos dice:
"Yo estoy de acuerdo conmigo"
A nuestro vikingo interior, porque nos entibia el corazón y nos contagia el amor por la sangre y las hachas. ¡Salud!
Deep Purple + Alemania
Es como cuando se te mete una idea en la cabeza y giras sobre esa idea muchas veces hasta volverla gigante. Y de algo espontáneo, surgen nuevas ideas que se transforman en reglas. Y así surge un concepto del que se termina siendo prisionero. Arte industrial, metalúrgico. Eso hacen los alemanes, y por lo visto, también Deep Purple.
Y cabe la pregunta: ¿Así se es libre? En principio sí, pero inevitablemente, una vez que se crea un nuevo universo y se vive en él, se termina preso de las ideas y las reglas que lo rigen. No lo digo como algo malo, así funcionan las cosas. Creamos para ser libres y nos encerramos en lo que creamos.
-Hacemos un plano fijo, empezamos nosotros y después entran los músicos y bla bla bla
-Pero mostrame a mi cuando hago el solo así…
-NO, es un plano fijo y le damos así hasta el final, carajo.
-Bueno.
Es uno de los temas más queridos de mi tierna infancia; desde siempre expectante, sabiendo que al minuto 8 con 40 segundos, el universo explota.
Carlos no la tiene fácil
No la tiene fácil Carlos el colectivero.
En la terminal, todos sus compañeros le dicen que se come todas las paradas...
El ombligo del mundo
Te pito o te henua (el ombligo del mundo) es una pequeña isla de 164 Km2 ubicada en medio del océano Pacífico. La misma se formó hace millones de años a raíz de tres volcanes creadores que emergieron en medio del mar en forma secuencial. Surgió el primero hace tres millones de años en forma de islote, algunos miles de años después fueron dos, y algunos miles de años más adelante eran tres hermosas “islitas” que escupían fuego, lava, cenizas y rocas felizmente hacia el cielo en un punto muy recóndito y apartado de la tierra. Pasaron algunos miles de años más y los tres volcanes acabaron por unirse en una sola isla de forma triangular a causa de los miles de años de erupciones acumuladas. En este ombligo, todo nace y parte de la actividad de estos tres volcanes situados en los vértices del triángulo. Dioses creadores de una belleza natural extraña, una santísima trinidad que es única y verdadera dueña de esa tierra.
Hacia el 400 después de Cristo, cuenta la leyenda que llegaron siete navegantes desde la Polinesia siguiendo el sueño de un brujo. Llegaron con semillas, roedores y gallinas (animales de rápida proliferación) con el objeto de quedarse en la isla por tiempo indefinido. Con el tiempo se formaron 52 clanes o tribus distintas y se dividieron la isla en dicha cantidad de partes como si fueran porciones de pastel. De esa forma todos tenían acceso al mar, a ríos y fuentes de agua potable, y al centro de la isla. El jefe de cada clan o tribu, era denominado el Ariki y cada clan estaba dividido en clases o castas. Eran básicamente dos, los orejas largas y los orejas cortas. Los que las tenían largas eran quienes no trabajaban, eran de sangre real, y los que las tenían cortas trabajaban en los campos, en la pesca y las canteras (cualquier similitud con la realidad corporativa actual es pura coincidencia).
Ahu Akivi |
En este lugar surgió una bella ceremonia de respeto hacia la tradición. En vida, se tallaba en piedra un moai, que es una estatua que simboliza al Ariki, con sus facciones, su estómago relleno, su sexo hacia arriba y sus uñas largas de no trabajar. Al morir, se llevaba la estructura al sitio ceremonial de entierro donde los huesos del líder (secos y sin carne) eran enterrados a los pies de la estructura. En ese momento se le colocaban los ojos de coral blanco al moai y el mismo cobraba vida a través del maná del Ariki. El Moai no miraba al mar, miraba hacia el centro de la isla, hacia su tribu, para transmitir su sabiduría y dar abundancia en las cosechas entre otras cosas de buen augurio para ellos. Los arikis eran deificados, y ahí es donde entiendo que estos tipos metieron la pata (hasta el fondo).
No he leído casi nada sobre la isla. La única autoridad que tengo es la de la libertad de opinar luego de un viaje de diez días. Recién llegado, reconozco que ver las 15 estructuras en pie de Ahu Tongariki me impactó de modo tal que tuve un profundo respeto por la cultura que las hizo. Algunos días después, me dieron ganas de tirarlas abajo. Algo parecido pasó en la isla a partir del 1700. En la isla hubo problemas de sobrepoblación, comenzó la hambruna y la guerra entre clanes y también entre clases. Tal es así que hacia el 1800 no quedaba ni un moai en pie. No solamente los voltearon, pusieron debajo piedras afiladas para que al caer, se les cortará la cabeza.
Tallado sobre la ladera se alcanza a ver el Moai más grande de la isla en proceso (abandonado) |
La historia es triste y es similar a muchos otros lugares. Un holandés las descubrió en 1722 cuando los nativos ya estaban en guerra. Llego en día de pascua, y por esa razón tuvo el exceso de creatividad de rebautizarla como Isla de Pascua. Los peruanos fueron asiduos visitantes de la isla, llegaban con los barcos vacíos y se volvían con los barcos llenos de esclavos. Años después, los ingleses tomaron la isla y encerraron a los pocos nativos que quedaban en un pequeño sector de la isla. Luego, llenaron la isla de ovejas. Si algún nativo se salía del alambre le mostraban la cordialidad inglesa. También dieron muestras del humor inglés sólo dejando a los nativos sacar agua dulce del volcán. Debían subir al volcán diariamente con vasijas; ¿no hubiera sido un poco mas humanitario dejarlos acercar un poquito al arroyo?. Años después, Chile, sí Chile, dijo: “¿y que tal si la anexamos?”. Y hoy la isla es parte de Chile. Estuve allí, eso no es Chile. Decirlo es una estupidez y creerlo es de idiota. A esta altura, ya no es de nadie porque los que están ya fueron tan mezclados y sometidos que de los originarios quedan solamente vestigios. Tal es así que a la isla la llaman Rapa Nui, simplemente porque los Tahitianos le dicen así a la isla por ser parecida a una isla más pequeña llamada Rapa Iti (nui significa grande e iti chica).
Existen teorías que dicen que los Incas los habrían visitado e influido en sus artes. Yo creo que sí hubo Incas que visitaban la isla periódicamente, eran narcotraficantes Incas. Yo postulo que los Arikis consumían cocaína diariamente, y de la buena. Por esa razón se subieron a una espiral de construir moais cada vez más titánicos. Se morían de hambre y seguían. Se limaron, se pusieron muy manija y terminaron por deforestar la isla para transportar los moais y para sus propias ceremonias. A tal punto les afectó la tala de árboles, que no tuvieron en cuenta que el aire de mar les quemaría las cosechas. Hablando en términos actuales, les tiró el rinde por hectárea a la mierda. Y todo porque los señores Arikis se pasaron de merca. Imaginó la isla ardiendo entre la guerra y la muerte y al Ariki hombre pájaro gritando: “¡I am Tonny Montana!”. Tristísimo.
Realmente espero que los Arikis vivan y puedan ver a través de los ojos de los pocos moais que han sido puestos en pie nuevamente. Que vean sin poder moverse por toda la eternidad cómo se han convertido en una atracción turística. Que les sea insoportable ver cómo echaron a perder su paraíso al punto de perderlo completamente. Que de tanto ver, deseen que alguien los mate y los deje descansar. Sólo entonces, desde sus pies de piedra, verán los únicos tres auténticos dioses de la isla, los tres volcanes dormidos. Y rogaran que despierten y les quiten la vida de una vez, y entenderán que sólo ellos dan y quitan. Les implorarán, les rogarán y quizás finalmente les rindan tributo. Quizás entonces ellos despierten y den una nueva oportunidad a otro grupo de siete.
Artículo publicado en Revista Cabeza de Gato Nº4
(hacer click en la foto para leer el artículo o leer abajo) |
Me cago en la puta madre
Me cago en la puta madre
porque nunca nací. No tuve infancia, ni muchas otras cosas que por
derecho debiera haber tenido y por todo eso, me cago en la puta
madre. Y digo más, me cago en la bandera. En la bandera que quieran
y en donde quieran. Y al que no le guste que se muera bien muerto.
Que lo agarre un tranvía y lo desparrame por alguna avenida en hora
de almuerzo, para que todos esos idiotas que como yo, trabajan de
nueve a dieciocho, lo vean y se escarmienten.
Es importante aclarar
algo al principio: no espere explicaciones. ¿Cómo que no nació? ¿A
que se refiere? ¿Es una metáfora? Por favor no joda. Ni yo la
entiendo. Sólo se que este que soy yo en realidad no soy. Y no
quiero caer en pedorradas de mierda de hablar de psicoanálisis, de
salir del closet o cualquiera de esas boludeces modernas de que todo
el mundo va a terapia y se conoce a sí mismo y se frota las tetas.
Horas y horas hablando y nadie nunca te tira la posta porque en
realidad, estamos todos en bolas. Pero lo único cierto es que yo no
soy yo. Nada más insoportable que una certeza que niega. Aborrecible
es saber que nunca voy a saber quien soy. ¿Como podría, si nunca
nací? Podría decirse entonces que soy infinitamente joven, o viejo
y en definitiva, importa un carajo.
Yo no soy el boludo que
miraba con lujuria el transformer importado del compañero de la
primaria que tenía un papá narco; yo no soy el boludo que quería
las zapatillas de onda; yo no soy el boludo que sin saber un carajo
de nada, decidió (?) seguir un carrera y desde entonces se metió en
un túnel que lo llevó a un trabajo que lo empantana cada vez más
en un mundo falso plagado de mediocres y tristes. Y la razón por la
que yo no soy ese boludo es porque no puedo ser tan boludo. Si lo
aceptara tendría que tirarme por el balcón.
Y como no podría ser de
otra manera en un texto tan mierda como este, los padres no se
salvan. Pero tampoco quiero caer en el lugar común del idiota que
hace berrinches y dice: “mis papis no me bancaron cuando quise ser
un pop star”. A ese estúpido le pido educadamente que se vaya a
lavar las tetas. Digo que los padres son los culpables pero por otro
lado, los entiendo porque en definitiva, son tan boludos como Ud. o
como yo. El tema es que los padres de sus padres eran también unos
boludos. La humanidad es una sucesión de boludos, uno detrás de
otro. Y al parecer no paran de coger y eso trae el crecimiento
exponencial de una cantidad inusitada de boludos como Ud. y como yo
que pueblan este mundo de mierda. Y nadie sabe qué carajo tiene que
hacer y en vez de relajarse y parar la pelota, todo el mundo sigue
con esta locura que por más que me esfuerce, no le encuentro un
sentido. Pero volviendo al tema de los padres, y de que no se iban a
salvar, lo único que voy a decir es que mis padres son dos
pelotudos. Y remarco cuando digo que mi madre es una pelotuda. Pero
no más que yo o Ud. Quizás un poquito más que yo, pero que Ud. no
se. Habrá que analizar caso a caso.
Para resumir este texto y
ponerle un fin, digo que los padres nos hacen los boludos que somos
porque sus padres los hicieron boludos y así retrocedemos hasta el
pelotudo de Adán que no era más que un pollerudo de mierda. Y al
final de todo, no somos quienes somos y somos tan estúpidos que
sufrimos por gente que no es pero que cree que es. ¿Que se puede
hacer al respecto? Escribir, cantar, gritar, hacer música o
cualquier otra cosa que disfrutemos y que por un instante nos haga
felices y nos haga olvidar que en realidad somos unos boludos de
mierda. Y durante el otro 99% del tiempo, cuando estemos encarnando a
ese boludo que queremos tanto, podemos con todo orgullo decir que me
cago en la puta madre.
Fea
Nunca, nunca, nunca me había dado cuenta de que ella era tan fea. Sus hijos eran tan feos (no digo malos, simplemente feos) y tan parecidos a ella que acabe por concluir que ella era muy, muy fea (no digo mala, simplemente fea).
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